Por fin he podido sentir la emoción de competir, de coger ritmo competitivo, experimentar los nervios prepartido y la alegría que supone una victoria en el vestuario. Tras diez meses de trabajo invisible y recuperación, he vuelto a jugar partidos de Liga F. Además, la vuelta a la competición no ha podido ser más especial: dos victorias en ambos encuentros.
Volví a pisar el césped como jugadora profesional a todos los efectos el 15 de marzo en Sevilla, en la Ciudad Deportiva Luis del Sol, dónde nos enfrentamos al Real Betis. Quien haya lidiado con una lesión de larga duración sabe las emociones que pasan por la cabeza en estos momentos.
Jugar un partido de Liga F después de tantos meses ha sido una mezcla de emoción, nervios y felicidad, sobre todo por la presencia de mi familia en las gradas. Todo fue aún mejor con la victoria del equipo (0-1), un resultado vital para pelear por la permanencia.
Ocho días después, el 23 de marzo, volví a pisar el Antonio Puchades, nuestro estadio, en otro exigente enfrentamiento contra el Madrid CFF. Volver a competir en partidos de Liga F en casa era lo que más deseaba últimamente. Esta nueva victoria por 4-1 nos impulsa a seguir creyendo y aporta una gran motivación al grupo.
En estos dos partidos de Liga F he podido acumular minutos importantes: 15 frente al Real Betis y media hora contra el Madrid CFF. Más allá de los números, volver a ser parte activa en mi equipo ha sido un premio enorme después de tanto esfuerzo.
Mi objetivo ahora es seguir ganando sensaciones, ritmo, y cuidar al máximo mi rodilla. Estoy convencida de que será una de las claves para poder rendir al 100 % cuando el equipo más lo necesite. Cada entrenamiento y cada partido de Liga F son una nueva oportunidad para crecer, aprender y disfrutar del camino.
Gracias por todos los mensajes que estoy recibiendo por redes sociales, por el apoyo constante y por seguir a mi lado. Volver a jugar partidos de Liga F no solo significa competir, sino volver a ser yo misma dentro del campo.
Seguimos.